LA VERDADERA ADORACION
Isaías es un profeta pre exilico, perteneciente a la clase alta con mucha riqueza material y cultural, que nace en Jerusálen, por lo que estando cerca del Templo y teniendo acceso inmediato a observar las celebraciones de las fiestas solemnes que se realizaban en el Templo, es llamado por Dios a ejercer el oficio profético.
Para comprender el mensaje de Isaías se hace necesario en primer lugar asimilar la realidad espiritual de la clase sacerdotal, y en segundo lugar identificar la labor profética como una respuesta a la pérdida de la credibilidad en la que había caído la representación sacerdotal. En tercer lugar es necesario reconocer que una liturgía oficiada por ministros desautorizados ética, moral y espiritualmente, dejarán como resultado la pérdida de valor de cualquier expresión cúltica que realicen.
Isaías 1:10-20 contiene al inicio del registro profetico una interesante lista de acusaciones, que van desde una comparación con dos ciudades emblematicas de la perversión, la corrupción y la inmoralidad, hasta la reprobación del culto sincero pero cargado de injusticia. Los primeros versículos del capitulo uno describen la realidad espiritual del pueblo de Dios. Son comparados con enfermos llenos de llagas supurantes, aunque en el área económica habían logrado prosperar.
Las mujeres de Jerusalén tenían buena ropa, buena comida, exquisitas joyas y delicioso perfumes. Surge entonces una interrogante ¿Será acaso que cuando se desvanecen las necesidades materiales, tambien se desmejora la calidad del servicio a Dios? Lamentablemente cuando las personas y los líderes religiosos están en bonanza material son incapaces de empatizar con la realidad y la necesidad de las grandes mayoría atrapadas en la pobresa, la misería y el desprecio.
El profeta Isaías es encomendedo por Dios para descubrir el corazón de su pueblo, que al parecer se encontraba satisfecho con la cantidad y calidad de los sacrificios y la celebración de las más importantes fiestas del calendario liturgico hebreo.
El problema es que se había abierto un brecha que cada vez se ampliaba más entre los ricos y los pobres, entre los que tenían mucho los que no tenían nada, se había perdido el concepto de misericordia, la justicia se había vendido y el derecho estaba secuestrado en manos de los poderosos. Es necesario entender que en lo que atañe a lo espiritual se necesita que se tenga corazón, necesita ser acompañado con acciones justas, no solamente se trata de cumplir, no solamente se trata de llevar sacrificio, es algo más que participar en los cultos al Señor.
El cristiano de esta época corre el peligro de creer que los más iimportante es asistir a la congregación, dar ofrenda, pagar diezmos y servir. Sin importar la calidad de vida ética y moral de los participantes; es decir que cualquier persona puede estar explotando a sus empleados, aprovechandose del débil, dejándo literalmente desnudos y en la calle a los pobres. Y aun asi, pretender que Dios reciibe sus ofrendas, diezmos y servicio.
Según el profeta Isaías Dios no acepta este tipo de “culto”, sino que lo reprueba al grado de aborrecerlo. Todo lo que se había establecido el Levitico como parte del culto agradable al Señor, ahora es aborrecido por él, es decir que no basta con cumplir, es necesario que el cumplimiento del servicio al Señor vaya acompañado de una vida justa. El llamado es al arrepentimiento, a volver al Señor para tener algo más que riquezas materiales, a volver al favor y la comunión con el Eterno
Vivimos un época, donde lo más importante es la asistencia a los cultos y no la consistencia de la vida cotidiana, lo más importante es la ofrenda y el diezmos y no la justicia y la misericordia, donde lo más importante es el servicio aunque las manos estén cargadas de homicidios, violencia, robos, inmoralidad sexual, irrespeto al derecho e injusticia.
Lamentablemente vivimos una época en donde lo más importante es el “show” en las iglesias y en donde al igual que en los tiempos de Isaías, las personas desean tener pastores que se identifiquen con los sacerdotes y no con los profetas.
La verdadera adoración es el resultado de una vida piadosa, justa, solidaria, cooperativa, caracterizada por el amor y el respeto al prójimo. En otras palabra “manos limpias y corazón puro”. Sin esto lo que queda es solamente ruido sin sentido ni significado.
Mostrando entradas con la etiqueta RELIGION. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RELIGION. Mostrar todas las entradas
jueves, 29 de julio de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)