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Pastores: Tito y Delmy Escalante

Visión

"Ser una congregación de gente sana y libre que bendice a sus miembros y amigos con el Evangelio de Jesucristo en un ambiente de amor, respeto y aceptación"

viernes, 4 de abril de 2014

El reino de Dios y el ministerio social



Introducción: Sin Dios el mundo está perdido, lo que gobierna es la muerte, la violencia, el egoísmo, la injusticia, la pobreza y la enfermedad. Todo esto es efecto de la obra del maligno, por lo tanto era necesario que el reino de Dios se manifestara en la persona de Jesucristo, con la llegada del Mesías una luz de esperanza irrumpe en la historia de la humanidad, ahora las cosas van a cambiar porque el Dueño del universo se ha encarnado en la persona de Jesús de Nazaret. El ha venido para poner fin a la dominación del maligno y traer salvación a los que son oprimidos por el diablo. Este es el reino de Dios, el gobierno de Dios sobre la  creación, la pregunta es:

       I.            ¿Qué es el reino de Dios?
La predicación de nuestro Señor Jesucristo estuvo directamente relacionada con la llegada del reino de Dios. El mundo había caído bajo el maligno (1 Juan 5:19), lo que provocó terribles consecuencias en toda la creación. Por lo tanto el tema principal del los cuatro evangelios es el reino de Dios. La predicación de Jesús fue el reino de Dios que representaba la llegada de un nuevo tiempo (kairós) en donde los efectos de la obra del maligno sean revertidos, tiempo en el que el caos desaparezca y las cosas vuelvan al orden.
Siendo para Jesús el reino de Dios lo más importante en su predicación, la iglesia debe identificarse con el mensaje de Jesús de Nazaret, esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué es el reino de Dios? A continuación algunos pasajes que nos ayudan a hacer un acercamiento a lo que la Biblia dice acerca del reino de Dios.
a.      El reino de Dios es lo más valioso que hay (Mateo 13:44) por el cual vale la pena dejarlo todo
b.      El reino de es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17)
c.      El reino de Dios es poder (1 Corintios 4:20)
d.      El reino de Dios es respuesta para los indefensos: los pobres, los huérfanos, las mujeres, Los niños, las viudas, los enfermos y las personas con discapacidades (Lucas 6:20; Lucas 9:2: Lucas 10:9; Lucas 18:16;)
e.      Para entrar al reino de Dios hay que nacer de nuevo (Juan 3:3-5)
Hay muchas cosas que se pueden decir del reino de Dios, sin embargo lo que nos interesa el día de hoy, lo podemos resumir de la siguiente manera: El reino de Dios es el gobierno de Dios sobre toda la creación, Dios es el Señor de la tierra y dueño de todas las almas (Josué 3:13; Ezequiel 18:4). Con la llegada del reino de Dios, se le puso fin al imperio del mal que es el responsable de la injusticia, el egoísmo, la violencia, la enfermedad, la marginación, el hambre, la tristeza y la muerte. Por lo tanto, en su vida terrenal Jesús se dedicó a demostrar el poder de Dios (Hechos 10:38). Con Jesús el reino de Dios se manifiesta a través de diversas señales. Todas estas señales cumplen el propósito de manifestar el poder de Cristo y al mismo tiempo aliviar el sufrimiento de la gente. Este es el impacto social del evangelio, es buena noticia para los que lo único que han tenido son malas noticias, por eso es que cualquiera que oye el evangelio es capaz de dejarlo todo por el reino de Dios. Los beneficios del reino de Dios son reales, tangibles, verificables e innegables. Frente a la necesidad humana Cristo no ordena que sencillamente se haga una oración su orden es: “…Dadles vosotros de comer” (Mateo 14:16)

   II.            ¿Qué se entiende cómo acción social?
La acción social es todo acto que de manera consiente se realiza dirigido hacia otro ser humano, el concepto adquiere un valor filantrópico cuando se entiende acción social como: actos dirigidos a beneficiar a otros seres humano con quienes no tenemos ninguna responsabilidad y de quienes no recibiremos ningún beneficio. En el mundo siempre ha habido personas que movidos por la misericordia han procurado aliviar el sufrimiento de otros seres humanos que se encuentran en desventaja económica o social. Dios ha compartido con nosotros varias de sus virtudes y una de ellas es el amor y la misericordia. Estas dos virtudes son las que impiden a los seres humanos ser indiferentes ante el sufrimiento humano.
Por lo tanto podemos señalar que la acción social es todo acto dirigido a aliviar el sufrimiento humano, esto implica sufrimientos físicos y emocionales. Incluye llevar salud a aquellos que sufren enfermedad, paz a los que sufren violencia, comida a los que sufren hambre, justicia a los que son víctimas de la injusticia, una familia a los que sufren exclusión, seguridad y protección los que padecen diversos abusos, etc. Todo esto se encuentra englobado en la acción social.

III.            ¿Cuál es la relación entre el Reino de Dios y la acción social?
Cuando comparamos las señales del reino de Dios y los objetivos de la acción social, es fácil darse cuenta que existen muchas similitudes, hay una enorme coincidencia en los propósitos que se persiguen, por lo tanto debemos reconocer que el reino de Dios es más que palabras, es más que la promesa de una vida en el cielo. Santiago es uno de los primeros escritores del Nuevo Testamento y su ministerio se desarrollo en un contexto de pobreza extrema resultado de la diáspora (la dispersión de los judíos) Muchos compatriotas se encontraban sufriendo de terrible escases en sus necesidades básicas. Santiago no se puede quedar indiferente ante esta realidad, por lo tanto escribe su epístola dirigida a los hermanos de la dispersión. En esta epístola, Santiago define con una claridad que no deja lugar a dudas qué es la religión, entendiendo religión como la vida de comunión espiritual que una persona tiene con Dios. La afirmación es: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1:27)
Velar por las necesidades de las demás personas es una de las formas prácticas de medir la espiritualidad de una persona, las alabanzas a Dios deben materializarse en la ayuda al prójimo. La vida cristiana es más que buena música en los templos, es más que sermones bien predicados, es más que largas oraciones. Es amor, a Dios, al prójimo y a los hermanos de la iglesia. Amor que se convierte en acciones. Juan lo señala de la siguiente manera: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” (1 Juan 3:17) Santiago lo afirma de la siguiente forma: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” (Santiago 2:15-16)
No hay cristianismo sin Cristo, tampoco hay cristianismo sin impacto social, donde el evangelio llega las cosas deben cambiar, la calidad de vida de la personas debe mejor. El reino de Dios es vida; es vida abundante, es vida plena (Juan 10:10) El reino de Dios nos invita la acción social, nos convoca a hacer algo para cambiar el mundo, porque Dios ama al mundo (Juan 3:16) Lo ama tanto que envió a su Hijo para salvarlo, y la salvación se hace evidente desde el primer momento en que una persona se encuentra con Cristo. Todo comienza a mejorar a nivel personal y familiar, de tal manera que las personas se convierten en gente de bendición para la sociedad. Donde hay un hijo de Dios, hay sal y luz (Mateo 5:13-14) Esto siempre beneficia a las personas que están en el mundo.

Conclusión: Es tiempo de comprender el cristianismo de manera integral, Dios no solamente está interesado en salvar nuestras almas, él desea salvar todas las áreas de nuestra vida. Al salvarnos, Dios espera que todos sus hijos nos convirtamos en agentes de su reino, que nos comprometamos con la redención de este mundo, que trabajemos para continuar la misión de Jesús de Nazaret, la misión de Cristo es nuestra misión, lo que para él era importante, también debe serlo para nosotros, basta leer los evangelios para descubrir a qué dedicó Jesús su ministerio terrenal. La pregunta es ¿Estamos listos para trabajar para el reino de Dios?

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