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Pastores: Tito y Delmy Escalante

Visión

"Ser una congregación de gente sana y libre que bendice a sus miembros y amigos con el Evangelio de Jesucristo en un ambiente de amor, respeto y aceptación"

jueves, 8 de diciembre de 2011

DIFICULTADES DE UNA PASTORAL INTEGRAL

Hablar de pastoral deber dar a cualquiera la idea de un hombre apoyado en un cayado y rodeado de ovejas, que no solamente camina con ellas, sino que comparte con ellas su vida, e incluso llega a estar más cerca de ellas que de su propia familia, y estaría dispuesto a hacer cualquier sacrifico en bienestar de su rebaño. Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa”[1]

Es necesario reconocer que una pastoral al estilo de Jesús es extraordinaria, y que la única manera en la que una persona puede llegar a asumirla, es a través del amor por el rebaño y la renuncia al sueño propio[2]. No es fácil ser un buen pastor, en el camino habrá dificultades que impedirán que cumpla con su misión y tendrá que hacer frente a tentaciones que procurarán extraviarlo. Existen algunas cosas que están impidiendo que los ministros de Cristo cumplan con su oficio pastoral, algunos tienen miedo a los estigmas de la sociedad y de los mismos religiosos, además de la carencia de recursos económicos necesarios para suplir las necesidades del rebaño, y no faltará aquel que piense en términos financieros, además de los que les tienen miedo a los compromisos a largo plazo.

a. Temor por el estigma político

Cuando una congregación, ministerio o pastor se compromete con la causa de los desposeídos, los marginados, los huérfanos y las viudas, corre el peligro de ser etiquetado como socialista, comunista e izquierdista. Debido a que cualquier acto que se desarrolle dentro de la polis será una acción política, estas etiquetas no dejan de tener un impacto en la manera que se asimila cualquier acompañamiento de los afligidos en nuestro país.

Por estar ubicados políticamente en el hemisferio occidental del planeta, la identificación con una tendencia política de izquierda, no deja de causar cierta incomodidad en las personas que son estigmatizadas de esta manera. Lamentablemente casi todo acto de solidaridad, compasión y misericordia, es interpretado en este mundo que promueve el consumo y el egocentrismo; como un acto político sospechoso.

Por lo que algunos consideran más cómodo dedicarse a otros quehaceres de la vida religiosa, olvidando por conveniencia social, el involucramiento en la solución del drama humano. Ya que quien se atreva a caminar entre los leprosos, los marginados, los desposeídos, los violentados y los abusados de la sociedad, será estigmatizado y señalado como un peligro para el status quo, una persona poco grata; como un idealista poco realista.

b. Carencia de recursos

Otro elemento que algunas veces puede ser un obstáculo para desarrollar una pastoral integral, es la carencia de recursos; principalmente los económicos. En muchas congregaciones existe el deseo de apoyar proyectos de desarrollo comunitario y asistencia médica. Pero todos estos proyectos requieren de recursos económicos que en la mayoría de veces no están disponibles, por el hecho de que las congregaciones que viven de cerca la angustia del pueblo, dependen de las aportaciones económicas de los miembros de la congregación, que al mismo tiempo pertenecen a la comunidad donde se está procurando desarrollar una pastoral integral.

Sin embargo, cada cristiano tiene el compromiso de practicar la misericordia y la solidaridad con su próximo, en la medida de sus capacidades y a partir de su realidad, todos debemos compartirnos con el necesitado teniendo caridad y partiendo nuestro pan, como lo señala Isaías 58:7 “¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” (Biblia, RV1960).

Si bien es cierto no tenemos la capacidad de montar proyectos de asistencia comunitaria, debido a los pocos recursos económicos con los que cuentan las congregaciones que tiene esta carga cristiana, sí podemos practicar la solidaridad desde nuestra propia realidad en la medida de nuestros recursos. Cada cristiano puede dar frutos dignos de arrepentimiento[3], despojándose de la actitud egocéntrica que caracteriza la vida sin Dios y conduciéndose por el camino de la caridad.

c. Baja rentabilidad

Otro elemento que detiene el desarrollo de una pastoral integral en las congregaciones de El Salvador, es la visión de iglesia que se ha desarrollado a partir de los modelos establecidos en las últimas dos décadas con las denominadas Mega Iglesias. Muchas son las personas que se han visto atraídas al ministerio pastoral debido a la rentabilidad que los pastores de dichas iglesias manifiestan en sus estilos de vida, es decir que el modelo de iglesia popularizado en los últimos años promete a sus pastores grandes ganancias económicas, como para poder llevar un estilo de vida suntuoso y cómodo.

Sin embargo cuando hablamos de pastoral integral, no estamos viendo a los feligreses como objetivos comerciales; sino como receptores de gracia, no se está pensando en cómo extraerles hasta el último dólar; sino en cómo ayudarles a mejorar su calidad de vida.

Cuando se ve a las personas desde una perspectiva mercantilista, difícilmente será atractivo el ministerio pastoral desde la misión integral. Hoy día con la influencia de los medios de difusión denominados “cristianos” y su llamada “teología de la prosperidad”, son muchas las personas que ven en el fenómeno religioso una oportunidad para salir de su pobreza económica, a costa de explotar a los otros pobres y así mejorar ellos su calidad de vida sin importarles que la verdadera salvación se materialice en la vida cotidiana de los miembros de su comunidad.

Estamos en una época en la que el éxito personal se mide por la opulencia con la que se vive, si un pastor está dedicado a predicar y vivir el evangelio de Jesucristo en su comunidad y no vive rodeado de lujos, su ministerio no es considerado como exitoso. El éxito se mide por la residencial donde se vive, la marca del vehículo, la marca en las ropas y los restaurantes que se frecuentan además de la arrogancia que de manera natural se manifiesta en algunas personas que poseen estas marcas de éxito. Todo esto hace poco atractivo un ministerio al estilo de Jesús, que no solamente ofrece la vida eterna en el cielo; sino que se interesa de manera sincera por las necesidades de sus seguidores y por compartir la vida con ellos. No tiene nada de malo la prosperidad de los ministros; pero sí es indecente cuando se ve la obra de Dios como la finca personal y familiar.

d. Temor al compromiso

Una acción esporádica, cualquiera puede realizarla, pero la pastoral integral tiene que ver con algo más que una mera acción motivada por la lástima. La vida cristiana es una invitación al compromiso[4], no se trata de una acción sino de una forma de vida, es llegar a la plena convicción que deseamos dedicar nuestra vida y recursos al servicio del Reino de Dios en beneficio del prójimo. Es hacer nuestra la misión de Jesús y vivir para materializarla en cada aspecto de nuestra vida terrenal, sabiendo que esto tiene gran valor delante de los ojos de Dios.[5]

Muchas veces las personas desean contribuir con el cambio social, pero hay temor al compromiso que esto demanda, se desea ayudar pero no comprometerse, colaborar pero no darse color. Al igual que Nicodemo[6] conocemos la verdad, pero preferimos no comprometernos con ella ocultándonos bajo las sombras de la noche, la invitación para esta nueva generación de creyentes permeados por los valores de la postmodernidad, es la misma que Jesús hizo a Nicodemo: “Hay que nacer de nuevo para poder entrar en el Reino de Dios[7]

El compromiso con el Reino de Dios, es el factor que hará posible un cambio de conducta hacia una labor pastoral interesada en el desarrollo humano y en la mejoría de la calidad de vida de nuestras comunidades, ha llegado la hora de avanzar y de que la iglesia de Cristo en este tiempo asuma el compromiso inherente a su llamado a ser luz y sal de la tierra[8]



[1] Juan 10:11-12

[2] Lucas 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”

[3] Biblia, Reina Valera 1960, Lucas 3:8;11 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo”

[4] Biblia, Reina Valera 1960, Lucas 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”

[5] Mateo 25:34-40

[6] Biblia; Reina Valera 1960, Juan 3

[7] Ibid, Juan 3:5 “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”

[8] Biblia, Reina Valera 1960, Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”

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